El Cementerio General de Trinidad ha colapsado hace mucho tiempo, y las autoridades locales están haciendo un trabajo titánico para que los dolientes trinitarios continúen depositando los cuerpos sin vida de sus seres queridos en ese manzano ubicado dentro del anillo de circunvalación. Pensar en otro lugar para despedir a un ser querido parecería una ofensa, todos sienten tener el derecho de que sus familiares gocen del descanso eterno en el campo santo amurallado.
Claro, tampoco hay otro espacio para enterrar a los difuntos. Tuvo que llegar una pandemia como la del nuevo coronavirus para que los cadáveres sean enterrados fuera de la ciudad. Hay un proyecto para construir un cementerio alterno en las afueras de la ciudad, en una ubicación no tan lejana como la del cementerio del Distrito 6, llamado Cementerio COVID-19.
El respeto a los muertos no sólo se mide con el entierro en el Cementerio General de Trinidad, con la defensa de ser enterrado en un lugar digno. Hay muchas formas de manifestar el amor a un ser querido cuando éste ya no está entre nosotros. Aunque una muestra clara del respeto que manifestamos a nuestros difuntos es el mantenimiento que podemos hacer de su tumba. Pronto vendrá la fiesta religiosa del Día de los Difuntos, por lo que hay un movimiento importante en el Cementerio General, o al menos, debería haberlo. Acomodar las tumbas, reparar los nichos, debería ser un trabajo constante, no como muchas familias trinitarias que han dejado en el olvido a quien antes estuvo entre ellos.