El sector ganadero ha puesto el grito en el cielo luego de conocer la decisión de una autoridad judicial de otorgar medidas sustitutivas a la detención preventiva a dos imputados de supuesto abigeato. Dos personas que fueron sorprendidas y con suficientes pruebas para acusarlas de robar 60 cabezas de ganado se beneficiaron la detención preventiva, por decisión de la justicia. El proceso investigativo recién empieza.
El abigeato o robo de ganado es una lacra que golpea a la principal actividad económica del departamento del Beni, la ganadería. Los ganaderos, cada año deben enfrentar a una serie de problemas causados por la naturaleza, como la inundación en determinado tiempo y como la sequía, en otra época del año. Además de luchar contra los incendios que de vez en cuando ponen en riesgo la infraestructura ganadera, e incluso la reduce a cenizas, en contados casos.
La dirigencia ganadera lleva años exigiendo leyes más duras que persuadan a los abigeatistas de quedarse en el lado de su alambrada, pero los robos continúan.
El último caso de abigeato en el que se perdieron 60 cabezas de ganado, como si nada, puede servir de escarmiento para los grupos organizados que se dedican a esta ilícita actividad, sin embargo, la justicia actuó, a decir de los ganaderos, de manera errada, por decir lo menos.
No se trata de culpar a inocentes, se trata de encontrar a los culpables de estos delitos, juzgarlos y sentenciarlos. Esa es una labor muy difícil, por las características del delito, ya que se realiza en lugares alejados de los centros poblados, casi sin testigos y con pocas probabilidades de probar el hecho. Por estos motivos, es muy importante el trabajo en conjunto para frenar este mal.